14 de julio de 2006

Sofía, 6 años.

Llamada por teléfono al móvil de Raquel, que se encuentra de vacaciones con los peques en España. En ese momento deben haber llegado a Noja, dónde pasarán una semana en la playa. Me coge el teléfono Sofía, pues su madre estaba subiendo maletas.

Ella me explica la situación, por lo que tenemos una pequeña conversación. Ante la pregunta de qué pensaba hacer en la semana de vacaciones en la playa, me contesta simple y llanamente:

Disfrutar!!!

Después de la inaguantable carcajada, sigo hablando con ella y ya la noto inquieta. Le pregunto que qué es lo que quiere hacer y me contesta:

Oye papá, llama a mamá un poco mas tarde, que te voy a colgar pues quiero jugar con Andrea y Marco. Adiós.

Y colgó.

Es increíble, cómo a su corta edad, ya tienen su escala de valores establecida, y qué rico es ya su vocabulario

10 de julio de 2006

Las Meninas. De Madrid a Düsseldorf.

De la noche a la mañana aparecieron en una céntrica calle de Düsseldorf, 21 esculturas de bronce representando a las Meninas en diferentes tamaños. Desde la más pequeñas de 300 Kg a las grandes de 800 Kg de peso y 2,5m de altura.

Hay que decir que la ciudad de Düsseldorf está muy involucrada con el tema cultural, lo que demuestra su larga lista de museos y la gran cantidad de esculturas que adornan los paseos de la ciudad. Ayudado por los numerosos nuevos edificios que son una auténtico arte arquitectural.
Dignos de mención son los museos de arte K20 y K21, el museo del cine Filmmuseum, el de cerámica,... Uno qe me gusta particularmente es el Düsseldorfer NRW-Forum Kultur und Wirtschaft, en el que se programan exposiciones de fotografía de fotógrafos modernos. Actualmente está la exposición "Tatort" (Lugar del crimen), que iré a visitar esta tarde.

Las esculturas, que representan a la Reina Mariana y a la infanta Margarita, son obra del valenciano Manolo Valdés e inspiradas en el famoso cuadro de Velázquez. Un escultor de 80 años que vive y trabaja entre Nueva York y Madrid. Y que gentilmente ha prestado sus esculturas a la ciudad de Düsseldorf.

La verdad es que es impresionante verlas integradas en el paseo de Düsseldorf.

Podéis ver más fotos en nuestra página de Flickr. Para encontrarlas rápido, filtrad bajo la etiqueta: Meninas.

Baviera

Este mes de Junio nos hemos regalado una semana de vacaciones familiar. Aprovechando nuestro nuevo lugar de residencia, hemos decidido que nuestras vacaciones en lo que queda hasta el 2008 serán en Alemania.

Para empezar y con el fin de relajarnos de la ajetreada semana en Francia, decidimos ir a una zona que ya conocía, pero que el resto de la familia no debía marchar de Alemania sin haberlo visto: Baviera.

Después de mirar y mirar la abundante oferta hotelera que hay por la zona, nos decidimos por una “Ferienwohnung” (casa de vacaciones) de un pueblecito llamado Hopferau. Que por unos 45€ la noche nos daba alojamiento a todos.

Llegado el día, cargamos el coche hasta arriba: Cinco pasajeros, tres con asiento de niño, las maletas para una semana de cinco personas, cinco bicis, tres de ellas en el techo, y la sillita del niño. Tras un viajecito de más de siete horas con paradas, llegamos al pueblo y encontramos la calle en cuestión, esto del sistema de navegación en el coche es un de los mejores inventos de estos tiempos.

Llamamos al timbre y salió el hijo de los dueños y le dijo a Raquel que subiésemos arriba, que las llaves estaban en la puerta.

A medida que íbamos recorriendo la vivienda, aumentaba mi impresión de que aquello no era lo que habíamos reservado: Era muy grande y mucho mejor de le imaginado a través de las fotos de Internet. Un piso de unos 100 m² con cocina, salón-comedor, dos grandes dormitorios, cuarto de baño y terraza. Todo equipado como si fuese tu primera vivienda y muy limpio. Entre la vajilla había hasta copas de Champagne. Por la tarde vimos a los dueños, nos saludamos y no los volvimos a ver hasta el día de la despedida. Pinchad aquí para ver su web.

La oferta de este tipo de alojamiento es enorme en esta zona. De hecho casi todas las casas están construidas de esa forma: Una casa con la vivienda en planta baja y otros dos pisos con otras dos viviendas. Así se sacan un dinero extra durante el año. Y no solo en verano, sino principalmente en los meses de invierno, pues la zona está plagada de estaciones de esquí y de deportes de invierno.

Hopferau es un pueblo muy pequeñito, en el que no hay actividad alguna que hacer, más que visitar una quesería, que por cierto hace un queso con leche de las vacas de la región muy bueno. Enseguida nuestros escarceos fueron por los pueblos cercanos de Pfronten y Füssen, dónde a parte de haber más visitantes hay más vida y comercios por la calle. Mención especial tiene Füssen. Su centro peatonal con casas y castillo de la época medieval es digno de ver.

En general toda la región, que es llamada Allgäu, invita al relax. Sus paisajes verdes, con lagos al pié de los Alpes. Sus bosques frondosos y sus castillos escondidos entre ellos invitan a la relajación. Fuera de los ruidos de las grandes ciudades, de las autopistas…

Visitamos el castillo del rey loco, correctamente llamado Schloss Neuschawnstein. Un castillo de cuento de hadas en un paraje indescriptible. Hicimos la visita guiada en inglés, pues era la que primero hacían, y no queríamos esperar un hora más a que la dieran en español (ventajas de entender 4 idiomas). Nos llamó la atención lo interesada que se mostró Andrea por las descripciones e historias que nos iba contando el guía. Ella esperaba a que el guía acabase de hablar para pedirle a su madre que tradujera todo lo dicho.

Lo que más les gustó a los tres fue la bajad desde el castillo al pueblo en primera línea del autobús. La carretera es estrecha y escarpada, y les parecía estar volando sobre el asfalto.

Una de las primeras tardes, tuvimos derecho a tarde de piscina en Afronten. Un complejo con piscinas cubiertas, al aire libre, toboganes, piscinas de burbujas…Pero lo más alucinante era su piscina al aire libre rodeada de las altas montañas. Precioso. Pasamos toda la tarde, probando todas las piscinas, hasta que de repente vi como toda la gente recogía rápidamente sus cosas y se marchaba. Todavía quedaban dos horas hasta el cierre, y lo único raro que se veía eran unas nubes negras por detrás de las montañas. En poco menos de 15 minutos cayó una tormenta digna de su nombre y con granizo incluido. Menos mal que practiqué el dicho de allí donde fueres, haz lo que vieres. Porque sino nos hubiese pillado la tormenta en el agua.

Lo de las tormentas volvió a ocurrir un par de días más. Pero tan rápido como venían se iban. Por lo que ayudan a mantener una temperatura agradable el resto del día.

Encontramos un lago llamado Weissensee, dónde fuimos un par de veces. Al pie de los Alpes, con un bosque alrededor y hierba al borde del lago. Una pequeña zona acondicionada con juegos para niños. Una paz que sólo se veía perturbada por los goles que metía Alemania a Argentina, y los fans gritando “gol” de tal manera que retumbaban en todo el valle.

En esa semana llegó nuestro décimo aniversario de matrimonio, que celebramos por la tarde al estilo alemán con una botella de cava y dos copas al borde del lago llamado Hopfensee. Otro romántico lago en tan bello paraje, que no fue todo lo romántico que hubiese deseado, gracias a tres enanos incansables que andaban por allí. Lo que hacen 10 años de casado…

Y cómo no, no podíamos irnos de la región sin visitar su capital: Munich. A ella le dedicamos un merecido día. Una capital muy bonita con su plaza del ayuntamiento y su simbólico carillón, la catedral de las mujeres, su centro peatonal y su principal cervecería: La Hofbräuhaus, dónde comimos en su Biergarten (Jardín de cerveza). Otra ciudad cosmopolita con mucha, mucha vida. No me quiero imaginar como estará cuando sea la fiesta de la cerveza.

Yo aproveché otro par de mañanas para recorrer los caminos y senderos de los Alpes con mi bici. Si queréis leer las crónicas de esas dos salidas, las podréis ver en nuestro blog de OR.

Raquel aprovechó para subir a una de las cimas con los niños en teleférico. A los peques les encantó, sobre todo la bajada, que les impresionó más.

En resumen, una región preciosa y digna de ser visitada. Con una amplia oferta de deportes de montaña y de descubrimiento de la naturaleza.

Esta vez, voy a innovar un poco y en vez de las típicas fotos en Flickr, os envío a un enlace de un pequeño vídeo con un resumen de esta corta pero aprovechada semana de vacaciones. Pincha aquí.

Disneylandia Paris y una boda en Francia

Sólo me quedaba un primo sin casar y por fin decidió hacerlo el 10 de Junio en Villeneuve d’Asq. Una ciudad al norte de Francia y a tan sólo 3 horas de coche desde Düsseldorf. Qué mejor ocasión para reencontrarme con toda la familia francesa, que llevaba tiempo sin verla.

Además hacía pocos días que fue el cumpleaños de las peques y aprovechamos nuestro viaje a Francia para regalarles tres días en Disneylandia en Paris. Todo planificado con tiempo, y con la gran iniciativa de Raquel, hizo que nos alojáramos en casa de mi tía (hermana de mi madre), y que vinieran desde España mi madre y mi hermana. Por otro lado también se alojaron en Disneylandia durante esos tres días la otra abuela e Higinia, la hermana de Raquel. Y unos amigos de Santo Domingo con su hija, muy amiga de las nuestras.

En los tres días les dio tiempo para visitar todo Disneylandia. Un paraíso para los peques, que no deben dejar de ver en su vida, pero un saca-dinero para los mayores. Todo está orientado al consumo y a qué precios. Pero todo compensa con la felicidad que se llevan encima los peques.

Yo sólo estuve dos días (suficiente) y el tercero lo aproveché para ir con mi madre y hermana para visitar París corriendo, ya que a sus muchos años, mi hermana todavía no había visto la torre Eifel. Paris como siempre precioso, pero para una visita en condiciones se necesitan al menos tres días.

Aprovechamos la semana para ir a ver a mi abuela, que hacía mucho tiempo que no veía. Fue muy bonito ver a mi abuela rodeada de sus bisnietos y como estos le decoraban la chaqueta con flores del jardín.

En la zona de París estuvimos 6 días, en los que como invitados de mis tíos y por una de mis primas, nos deleitaron con estupendos manjares y brebajes. En resumen, tratados a cuerpo de rey.

Llegó el viernes y junto con mi hermana, que también estaba invitada a la boda, nos fuimos hacia el norte. Dejamos a mi hermana en casa de mis tíos, donde ya se encontraba mi padre, y nosotros seguimos hasta Bélgica, donde se encuentra la casa de mi primo, que nos alojaba durante estas dos noches de la boda.

La boda se desarrolló de maravilla y pese a los peques aguantamos hasta las tres de la mañana de celebración.

Nuestra estancia en la zona fue también agotadora, todos querían que fuésemos a sus casas para enseñárnoslas y que comiéramos o cenáramos con ellos. Al final creo que contentamos a todos.

Pero toda esta ajetreada semana nos pasó factura. Al volver a Düsseldorf estábamos, chicos y mayores, muy cansados y necesitados de descanso. Menos mal que a las dos semanas vino Baviera…

Por cierto, a la vuelta, se vino con nosotros a Düsseldorf mi padre, quien estuvo otras dos semanas con nosotros.

Tenéis las fotos de la boda aquí y de Disneylandia aquí.