Como ya he adelantado en la entrada anterior, llegó el primer día de escuela de las niñas.
En Alemania, hasta los 6 años no hay obligación de escolarizar a los niños y no existe el preescolar. Hasta entonces sólo existe la posibilidad de llevar a los hijos a jardines de infancia o guarderías. Lugares en los que solo juegan y no se les enseña a escribir o a leer.
El principio por el que se rigen es que hay que dejar a los niños que disfruten de su infancia y en ella sólo deben jugar.
Por todo ello el primer día de cole es para ellos un día muy importante, en el que se cierra una etapa y empieza otra. Y hay que celebrarlo: Los niños van al colegio con un cucurucho gigante, fabricado por ellos, en el que los padres introducen toda clase de caramelos, chocolatinas, etc.Así cualquiera va contento al cole!
Hablando con mis compañeros de trabajo del tema, alguna me cuenta que todavía se acuerda de su primer día.
La mochila: Al final también hemos pasado por aro. A pesar de que ergonómicamente no nos parecía nada apropiado, les hemos comprado una mochila para ir y venir con las cosas del cole. Aquí no encuentras otra cosa en las tiendas y además ya sabéis como son los críos: deben tener lo mismo que sus compis, más a Sofía que no le gusta destacar. Creo que este es otro punto en el que en España estamos, con las mochilas con ruedas, mas avanzados.
Poco a poco las clases han llegado a la normalidad y las chicas han cogido el ritmo de estudiantes. Han llegado los deberes, y tras la euforia del primer día en que tuvieron que hacer sus deberes, han llegado también las pocas ganas de hacerlos y las consiguientes malas caras de los padres para que los hagan.
Se veía venir: Andrea, inteligente, los hace con rapidez, aunque haya que enfadarse para que los haga, debido a su bagancia y Sofía a la que le cuesta más hacerlos pero con su constancia y tesón los lleva a cabo sin insistir.
Los días de semana son para ellas intensos y por las mañanas a las 7h00 en que se toca diana, cuesta mucho levantarse. En apenas una hora deben desayunar, vestirse, e ir hasta el cole, aunque para esto tenemos suerte porque de casa a su clase hay apenas 5 minutos.
Este año se va a centrar principalmente en aprender a leer, a escribir, a realizar operaciones matemáticas sencillas, ...
En la mochila llevan sus libros de lectura-escritura y matemáticas, los cuadernos de ejercicios, múltiples carpetas de archivado de ejercicios, clasificados por color y el cuaderno dónde apuntan los deberes que deben realizar para el día siguiente. Este último nos viene muy bien para controlar lo que deben hacer, aunque a veces lo que escriben (copiado de lo que la profesora les pone en la pizarra) no sea muy inteligible.
Su horario es de 8h15 a 12h00, después van a comer a la cantina del colegio y tras un rato de descanso y en función del día de la semana realizan hasta las 16h30 una de las siguientes actividades: deporte, música, arte y gimnasia. Excepto el lunes que tienen clase de Español.
Ya hemos tenido la primera reunión de padres, en la que hemos conocido a su profesora, Frau Kläser, y todas las herramientas de que disponen en el aula. Todavía se hallaban de vacaciones, pero en breve conocerán a sus hamsters Bernard y Bianca, a los que tendrán que cuidar.

Nos ha gustado mucho su profesora, una perona muy activa, con desbordante energía y siempre con una sonrisa. Para la reunión ya se conocía todos los apellidos de los padres.
Como apuntes curiosos quería destacar, que en clase deben llevar zapatillas de casa, por lo que al entrar por la mañana depositan sus abrigos y se cambian en una habitación anexa a la clase, donde guardan entre otras cosas, sus zapatillas. Y que en la clases disponen de agua y zumos de los que se pueden servir para apaciguar su sed. Yo no me imagino en mi colegio de Jesuitas de los años 70 bebiendo en zapatillas dentro de clase. Qué avances!

En cuanto a Marco, este año escolar es distinto también. Ahora acude a un Kindergarten en las cercanías de casa (otros 5 minutos a pie), que tras las primeras impresiones nos parece mucho mejor que el anterior (a pesar de ser este privado).
Él está un poco triste, pues hecha de menos a sus hermanas y a los amigos del otro Kindergarten.
Pensamos que a pesar de lo independiente que es, no tardará en hacerse nuevos amigos-as. De hecho últimamente menciona a un tal Danniel.
El sábado pasado estuvimos en su fiesta de verano, donde también conocimos a sus cuidadoras, asi como a los demás padres. Los peques disfrutaron de múltiples juegos al aire libre, donde la recompensa era un caramelo y tras completar cada uno la serie de 7 juegos, recibían un helado. Raquel y yo nos saciamos de café, pasteles y gaufres caseros realizados por otros padres, mas bien madres.
Pasamos una agradable tarde de sábado.