31 de agosto de 2006

Agosto

Qué os evoca esa palabra?

A mi hasta esta vez me traía recuerdos de altas temperatura, días largos y disfrutados hasta altas horas de la noche. En definitiva recuerdos positivos.

Pues bien, desde que volvimos a Düsseldorf el pasado 5 de Agosto, esos recuerdos no coinciden con la realidad. Desde aquel día no ha parado de llover y os juro que no hemos tenido un solo día completo de sol, qué digo un día, ni siquiera medio.

Las temperaturas no sobrepasan los 22 grados centígrados.

Creo que nos está afectando seriamente al estado de ánimo y al volver a casa sólo pensamos en cenar y meternos a la cama. La poca luz gris que queda a las 7 de la tarde entristece mucho.

Esperemos que Septiembre no sea tan duro y nos levante un poco el ánimo, que si no ya me veo escapándome a Mallorca con el resto de los alemanes.

Mi cumpleaños y el de Nord Rhein Westfallen

Llegó! El pasado domingo, 27 de Agosto, me tocó cumplir 38 años. Hago un pequeño inciso para agradecer a los numerosos amigos y familiares que se acordaron de la fecha y me felicitaron. Fue impresionante, había momentos en que no tenía orejas para atender a los múltiples teléfonos que sonaban para felicitarme.

Ironías a parte, Gracias a: mi madre, mi padre, mi hermana, Alberto, Susana, Monique, Maurice, Raquel, Andrea, Sofía y Marco.

Ese domingo decidí invitar a todo NRW, región de la que es capital Düsseldorf, y organicé una multidudinaria fiesta a lo largo de todo el Rin. Y si no lo creeis, ved la siguiente foto y las que aparecen en flickr con el tag de 60NRW.

Bueno, la realidad es que en ese día se celebraba también el 60 aniversario de la fundación del Estado-Región de NRW.

Entonces, ni cortos ni perezosos y después de una sesión matutina de deporte para eliminar algunas calorías, nos dirigimos a la Rheinupfer Promenade, a festejar ambos cumpleaños. Estaba todo el paseo del rio lleno de casetas turísticas de los diferentes pueblos de NRW y como no, intercalados, otros tantos puestos de salchichas y cervezas.

En el ministerio de la mujer y de la familia pudimos ver una pequeña actuación cirquense, protagonizada por jóvenes rusos. Nos dejó a todos boquiabiertos.

Los peques aprovecharon también para saltar en los hinchables, hacer un poco de escalada y realizar un recorrido de obstáculos en silla de ruedas.

Habían instalado un total de cinco estrados en los que ininterrumpidamente actuaban diversos grupos de música. Veréis en alguna foto que alguno no era del gusto de Marco.



Un cafecito en una terraza al pié del Rin, y a casa que ya eran las 7 y al día siguiente teníamos cole.

Otro buen día en familia que llegó a su fin.

El primer día de cole

Como ya he adelantado en la entrada anterior, llegó el primer día de escuela de las niñas.

En Alemania, hasta los 6 años no hay obligación de escolarizar a los niños y no existe el preescolar. Hasta entonces sólo existe la posibilidad de llevar a los hijos a jardines de infancia o guarderías. Lugares en los que solo juegan y no se les enseña a escribir o a leer.

El principio por el que se rigen es que hay que dejar a los niños que disfruten de su infancia y en ella sólo deben jugar.

Por todo ello el primer día de cole es para ellos un día muy importante, en el que se cierra una etapa y empieza otra. Y hay que celebrarlo: Los niños van al colegio con un cucurucho gigante, fabricado por ellos, en el que los padres introducen toda clase de caramelos, chocolatinas, etc.Así cualquiera va contento al cole!

Hablando con mis compañeros de trabajo del tema, alguna me cuenta que todavía se acuerda de su primer día.

La mochila: Al final también hemos pasado por aro. A pesar de que ergonómicamente no nos parecía nada apropiado, les hemos comprado una mochila para ir y venir con las cosas del cole. Aquí no encuentras otra cosa en las tiendas y además ya sabéis como son los críos: deben tener lo mismo que sus compis, más a Sofía que no le gusta destacar. Creo que este es otro punto en el que en España estamos, con las mochilas con ruedas, mas avanzados.

Poco a poco las clases han llegado a la normalidad y las chicas han cogido el ritmo de estudiantes. Han llegado los deberes, y tras la euforia del primer día en que tuvieron que hacer sus deberes, han llegado también las pocas ganas de hacerlos y las consiguientes malas caras de los padres para que los hagan.

Se veía venir: Andrea, inteligente, los hace con rapidez, aunque haya que enfadarse para que los haga, debido a su bagancia y Sofía a la que le cuesta más hacerlos pero con su constancia y tesón los lleva a cabo sin insistir.

Los días de semana son para ellas intensos y por las mañanas a las 7h00 en que se toca diana, cuesta mucho levantarse. En apenas una hora deben desayunar, vestirse, e ir hasta el cole, aunque para esto tenemos suerte porque de casa a su clase hay apenas 5 minutos.

Este año se va a centrar principalmente en aprender a leer, a escribir, a realizar operaciones matemáticas sencillas, ...

En la mochila llevan sus libros de lectura-escritura y matemáticas, los cuadernos de ejercicios, múltiples carpetas de archivado de ejercicios, clasificados por color y el cuaderno dónde apuntan los deberes que deben realizar para el día siguiente. Este último nos viene muy bien para controlar lo que deben hacer, aunque a veces lo que escriben (copiado de lo que la profesora les pone en la pizarra) no sea muy inteligible.

Su horario es de 8h15 a 12h00, después van a comer a la cantina del colegio y tras un rato de descanso y en función del día de la semana realizan hasta las 16h30 una de las siguientes actividades: deporte, música, arte y gimnasia. Excepto el lunes que tienen clase de Español.

Ya hemos tenido la primera reunión de padres, en la que hemos conocido a su profesora, Frau Kläser, y todas las herramientas de que disponen en el aula. Todavía se hallaban de vacaciones, pero en breve conocerán a sus hamsters Bernard y Bianca, a los que tendrán que cuidar.


Nos ha gustado mucho su profesora, una perona muy activa, con desbordante energía y siempre con una sonrisa. Para la reunión ya se conocía todos los apellidos de los padres.

Como apuntes curiosos quería destacar, que en clase deben llevar zapatillas de casa, por lo que al entrar por la mañana depositan sus abrigos y se cambian en una habitación anexa a la clase, donde guardan entre otras cosas, sus zapatillas. Y que en la clases disponen de agua y zumos de los que se pueden servir para apaciguar su sed. Yo no me imagino en mi colegio de Jesuitas de los años 70 bebiendo en zapatillas dentro de clase. Qué avances!

En cuanto a Marco, este año escolar es distinto también. Ahora acude a un Kindergarten en las cercanías de casa (otros 5 minutos a pie), que tras las primeras impresiones nos parece mucho mejor que el anterior (a pesar de ser este privado).

Él está un poco triste, pues hecha de menos a sus hermanas y a los amigos del otro Kindergarten.

Pensamos que a pesar de lo independiente que es, no tardará en hacerse nuevos amigos-as. De hecho últimamente menciona a un tal Danniel.

El sábado pasado estuvimos en su fiesta de verano, donde también conocimos a sus cuidadoras, asi como a los demás padres. Los peques disfrutaron de múltiples juegos al aire libre, donde la recompensa era un caramelo y tras completar cada uno la serie de 7 juegos, recibían un helado. Raquel y yo nos saciamos de café, pasteles y gaufres caseros realizados por otros padres, mas bien madres.

Pasamos una agradable tarde de sábado.

Estamos de vuelta

Después de unas cuantas semanas (desde el 14 de Julio) sin escribir ningún post nuevo, vuelvo a la carga con nuevas entradas.

En realidad he alargado mis vacaciones electrónicas hasta hoy. Estuvimos disfrutando de nuestras vacaciones en Fuenmayor. Los peques y Raquel, desde primeros de Julio y yo las últimas dos semanas del mismo mes. Pero todo llega a su fin y el 5 de Agosto estábamos de vuelta en Düsseldorf.

El motivo de tan pronto regreso es el del inicio de las clases el 8 de Agosto.

A pesar de tan cortas vacaciones de verano, sobre todo por mi parte, pudimos hacer todo lo previsto: ir a la playa, visitar a la familia, visitar a los amigos, almuerzos, rutas en bici, turismo,...

Pero siempre a nuestro ritmo acelerado, casi atropellado. Ritmo que también afectó a las peques, que tras haber pernoctado en todas y cada una de las casas de sus tíos y abuelos, nos pidieron a gritos unos días tranquilos en los que pudieran disfutar de su casa, piscina y amiguitos-as.

El viaje de vuelta fue un poco más largo de lo esperado, por retraso en el vuelo, y llegamos de nuestras vacaciones agotados pero felices de haber aprovechado el tiempo.

Trajimos un motón de fotos que todavía tengo que clasificar y de las que os dejaré unas pocas en Flickr.

Unos pocos días de descanso para las peques y de preparación del material escolar y el 10 de agosto empezaron las peques su primer año de escolarización obligatoria y Marco en su nueva guardería.