
El sábado por la mañana fuimos a la inauguración de un nuevo centro permanente en torno al vehículo clásico: Meilenwerk.
Esta asociación y como segunda sede (la primera está en Berlin), ha rehabilitado unos antiguos hangares de reparación de trenes, y en ella se ofrece a todas las empresas del sector unas instalaciones para desarrollar sus actividades. Por ello, podemos encontrar allí varios vendedores de coches clásicos, tiendas de venta de piezas de recambio, tiendas de ropa, talleres de restauración, sastres para el retapizado de vehículos, representante de Bosch para vehículos antiguos, plaza de garage acristalada para exponer tu precioso coche, exposición fija de antiguos, conferencias, etc... Pero lo mejor es que veais las fotos y los vídeos en Googlevídeo (Haced una búsqueda con la palabra Meilenwerk).
Para acudir al evento, y en previsión de los numerosos vistantes y falta de plazas de aparcamiento, habían organizado un viejo tren de vapor desde la estación principal de Düsseldorf. Otra experiencia nueva que vivió toda la familia. Un tren que echa humo negro y unos vagones de época con su interior de madera. Fotos aquí.
Por la tarde la madre y los peques difrutaron del buen tiempo y de la piscina de la Rheinbad y yo aproveché para ir a Colonia a ver la feria de la bicicleta IFMA. (En este enlace os he redirigido a una entrada de otro de mis Blogs).
Pero lo mejor fue por la noche. Habíamos organizado una velada para los padres, dejando a los diablos en casa al cuidado de Agnes, nuestra babysitter. A las 19h00 nos fuimos a cenar en plan novios y a continuación a la Monkey Island a tomar una copa al aire libre al borde de Rin tumbados en hamacas.
Después una pequeña vuelta en descapotable a nuestra ciudad de acogida y a las 23h00 en casita. Hacía mucho tiempo que no disfrutábamos de nuestra soledad en pareja. Tras esta velada acordamos que debíamos repetir más a menudo, pues le viene muy bien a la relación de pareja, que a veces queda sepultada entre las miles de tareas que traen el educar a tres diablillos.
El domingo fue el Welt Kindertag, que traducido al cristiano significa el día mundial del niño, y para ello se había vuelto a llenar el paseo fluvial del Rin de casetas, pero esta vez con casetas de cada una de las asociaciones de padres, guarderías, colegios de Düsseldorf y alrededores. En ellas, los peques podían hacer todo tipo de actividades lúdicas. Desde pintar, hacer cometas, hacer pan hasta ordeñar un vaca. Los nuestros se lo pasaron fenomenal, y prueba de ello es que tardamos 6 horas en recorrer los dos kilómetros de puestos.
Acabamos en el parlamento, dónde celebraban un día de puertas abiertas para darse a conocer a los más pequeños. Y allí tenemos a nuestra Raquel presidiendo al parlamento de NRW.Por cierto, para ir y volver del Rin, fuimos en nuestro medio de transporte favorito: la bici, y esta vez con Marco como estrella invitada. Pincha aquí.
Aquí tenéis las fotos del domingo.