18 de noviembre de 2005

Las Tortugas Ninja

¿Os acordaís de esa serie de películas y de dibujos animados que narraban las historias de tres tortugas expertas en artes marciales? Pues han llegado a Düsseldorf y nos las hemos encontrado en el salón. Si no os lo creéis, aquí esta la foto de su aparición:



Ante nuestra pregunta de qué narices hacían, ellos respondieron que eran tortugas.

A parte de constatar la imaginación de nuestros hijos para obtener juegos de dónde no los hay, también nos sirve para discutir sobre el tipo de juguetes que necesitan nuestro hijos.

Andrea, Sofía y Marco tienen la suerte de llevarse pocos años, y por ello el juguete que más les interesa es su propio hermano-a. Marco es el que más se aprovecha de la situación, pues tiene a dos buenos ejemplos para imitar y aprender.

Por otro lado los colmamos con juguetes que en la vida hubiésemos imaginado tener cuando éramos pequeños, jugetes con los que juegan apenas tres o cuatro días y luego los arrinconan, volviendo a jugar con lo más sencillo: una caja de cartón, el tubo de un rollo de papel higiénico, un palo, unas tizas, un taburete...

¡Cuantas veces los sorprendemos en su habitación jugando con una casa de su fabricación, hecha con colchones, toallas, sábanas y mantas que van recolectando de las diferentes habitaciones!

Los libros son de lo que más les interesa. Tanto los de leer, como los de dibujar, pegar pegatinas y los de recortar. Cada dos por tres vuelven a ellos. Es lo que más les atrae ahora: manualidades.

En casa también ven las películas de Barrio Sésamo y de El cuerpo humano hasta la saciedad. Se las saben de memoria, y saben lo que ocurre en cada capítulo, pero no se cansan de ello.

Sólo nos queda un área por empezar a descubrirles: la informática. Creo que con Andrea y Sofía deberíamos empezar ya, pues será el lenguaje básico del futuro y creo que es fácil introducirles en él con una serie de juegos educativos. Ya están familiarizados con el ordenador, nos ven cada dos por tres trabajando con él.

Fuera de casa, son muchas las actividades que ofrece esta ciudad. Una de las que más les atrae es la bicicleta y para ello esta ciudad es un paraíso. Podemos desplazarnos por ella sin ningún miedo a incidentes y con total libertad. El respeto a los ciclistas es impresionante y el acondicionamiento de carriles bici es envidiable. Sofía es la que más disfruta de la bici. Es inagotable y siempre está dispuesta a pedalear, Andrea sigue cansándose y Marco ya veremos, por ahora sigue en la silla de la bici de su madre, pero en breve empezará con la bici sin pedales, pues ya llega al suelo. Creo que de Sofía acabaré sacando una compañera de rutas en bicicleta de montaña y quizas una futura campeona, quien sabe?

Lo que tenemos muy claro es que seguiremos fomentando una faceta deportiva en sus tiempos libres. Creemos que es la mejor forma de alejarles de muchos peligros de la sociedad moderna. Empezando desde pequeños, cuando sean adolescentes, será más fácil darle una continuidad.

Como veis, sólo he plasmado por escrito una serie de pensamientos que circulan por mi cabeza, sobre la educación en el tiempo libre de nuestros hijos. Estoy abierto a cualquier comentario y sugerencia sobre la misma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece fenomenal lo de fomentar actividades deportivas y/educativas con tal de asegurar, o al menos intentarlo, que tengan su propia personalidad, pero encauzada en el bien; o por lo menos por lo que entendemos nuestras familias por el bien (valga la redundancia).
Creo que lo vais a tener más difícil que lo han tenido nuestros padres, pues hay más peligros y peores, creo yo...
Pero por lo general, donde hay una buena base, suele ir bien después...
No es por asustaros, pero por increíble que os pueda parecer, yo ya conozco a chavales de 12 y 13 años que se "acuestan" y lo ven de lo más normal!!! Y el número de embarazos en las adolescentes, a pesar de la información que existe ahora, y la "supuesta mejor relación" que hay entre padres e hijos en estos tiempos...,sigue aumentando!!
Y uno de los problemas más graves ahora mismo, es el da las "pastillitas" dichosas..No saben ni lo que se "meten", y lo que es aún peor, no se les puede tratar en urgencias porque no se sabe que compuestos químicos llevan encima; alguno muere,y otros se quedan con graves secuelas cerebrales, etc...
Raquel, que lo conoce, en los Menesianos, instituto mixto ahora, (y como en el resto de institutos, claro)debe estar a la orden del día este tema,desde los 12 añitos ya!!!
En fin, que tengamos suerte y vaya todo como deseamos!
A ver si se inserta este comentario, porque otro que he escrito no los veo por ningún lado.
Besos, Higinia.

Anónimo dijo...

Bueno, este es mi primer comentario.
Qué bonito es ver a los tres pitufos jugando solos, y me los imagino perfectamente haciendo esas casitas con toallas y todo lo que encuentran. Es lo mismo que hacíamos Raquel y yo. Usábamos como puerta de nuestra casita una manta que tenía un agujero. Éste, servía de mirilla.

En cuanto a lo que se te pasa por la cabeza para entretener a los hijos en su tiempo libre, estoy totalmente deacuerdo. No se sabe cómo resultará, pero tampoco hay que ser pesimista y se hace lo que se puede.

A ver si logro que este mensaje se inserte.