Papá, ¿por qué no se acaban nunca los números?
Las gemelas están ahora descubriendo y controlando las primeras operaciones matemáticas: sumar, restar y multiplicar. Y orgullo de padre a parte, he de reconocer que lo hacen bastante bien.
En el colegio organizan pequeñas competiciones entre ellos. La profesora pide una cuenta y el que antes responda se lleva un punto. Como prueba de ganador, se llevan un sello de regalo en la mano. Sofía, ha venido varios días contenta y orgullosa con su sello en la mano.
Otra de las frases cómicas de estos días ha sido una de Marco. Llevaba todo el día sin parar y aún así le costaba dormirse y se levantó un par de veces de su cama para vernos. La tercera vez, al bajar por las escaleras, como ya estaba medio dormido se tropezó y cayó un par de escalones, sin más consecuencias que el susto que se llevó. Al cogerlo, y llevarlo en brazos, medio llorando me dice: Papá, sabes?, cuando me he caído he hecho el pino pero sin las manos...
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