21 de octubre de 2007

Un día entre bastidores de Nürburgring


A poco más de una hora hacia el Sur de Düsseldorf en el maravilloso encuadre natural del Eifel se halla la Meca del automovilismo Alemán: Nürburgring.

Este sábado fui allí aprovechando el sol que había salido ese día y para hacerle unos kilómetros al coche, quizás los últimos en carreteras alemanas. Además allí me juntaba con unos cuantos porchistas para asistir a una serie de carreras de aficionados, realizadas en el circuito de Fórmula uno.

Pero el circuito más famoso de Nürburgring es el Nordschleife. Un circuito por todo el Eifel con 22 km de recorrido con curvas impresionantes, dónde han corrido desde los inicios del automóvil los mas famosos pilotos. Lo mejor de todo es que a ciertas horas, cuando el circuito no está reservado para para carreras, se puede entrar sin más con tu coche o moto particulares y soltar adrenalina. Sólo hay que respectar las normas del circuito y pagar 15€ por vuelta.

Allí he visto correr desde el jovencito con su coche tuneado al propietario de coches alucinantes con precios por encima de las seis cifras, pasando por la abuela con su abuelito de copiloto y los tres nietos detrás en un Tourán diesel.

Aquí tenéis las fotos de ayer.

Somos famosos!!!


¿Habéis visto la portada del catálogo de Ikea del 2008?

Aquí tenéis la foto un poco más ampliada.

Sí, somos nosotros y nos han elegido como familia tipo para ilustrar su portada. Se ve que las numerosas visitas de Raquel a dicho comercio han servido para algo.

Bueno os cuento la realidad: El fin de semana pasado, realizaban fotos a todo el que quisiera y te obsequiaban una funda con la foto de la portada para colocar en tu catálogo.

El zoo de Wuppertal y el Schwebebahn


Llega el fin de semana, buen tiempo, primera pregunta de los peques: ¿qué hacemos? Están ya tan acostumbrados al ritmo de Raquel, que ya hasta necesitan hacer algo nuevo cada fin de semana y nos lo demanda. ¡¡¡Oh no Dios mío, hemos creado unos monstruos!!!

Con los kilómetros a la espalda de la última semana, esta vez había que buscar algo cercano. Raquel propuso, ir al zoo de Wuppertal. Una población a 30 km al Este de Düsseldorf.

A los peques les encantó. Los tres estaban nerviosos y corriendo de una jaula a otra para ver qué animal se hallaba en ella. Nos gritaban el animal que habían visto, y nos resultó difícil retenerlos cerca nuestro. El summun fue cuando nos metimos en el terrario, y Marco pudo ver a sus amigas las tarántulas y serpientes.

Es un zoo grande, y que necesita de unas cinco horas para ser visitado en su totalidad. Había de todo: leones, tigres, cebras, elefantes, monos,...

¿Y qué es eso del Schwebebahn? Se trata de uno de los atractivos turísticos de la ciudad. Es un tren que recorre por encima del río Wupper toda la ciudad. ¿Y cómo puede ir un tren por encima de un río? Pues muy fácil: colgado.

Lo mejor es que veáis las fotos.

Subimos todos a él, y la verdad que al colgar de un sólo punto y balancear en las curvas, nos dió la sensación de ir en una atracción de feria. Fuimos de punta a punta del pueblo, deteniéndonos en el centro peatonal para echar un vistacito.

Un viaje al Este


Después de celebrar el día de la reunificación alemana el año pasado en Berlín, este año hemos decidido volver a celebrarlo en otra conocida ciudad de la Alemania del Este.

Nos hemos montado un puente de cuatro días y hemos marchado en coche a Dresden. Una bonita ciudad a 500 km de Düsseldorf. Allí nos hemos alojado en un pueblecito a 20 km de la capital llamado Weinböhla. Como lo indica su nombre se produce allí bastante vino blanco, con la variedad de uva Riesling. Y forma parte de la ruta del vino de Sachsen (Sajonia).

Teníamos alquilada una casa recién construida, tanto que quedaba aún algún detalle por acabar. Pero a mi me sirvió para descubrir cómo y con qué materiales se construyen las casas aquí en Alemania. Se utilizan otros materiales que en España, materiales que allí calificaríamos como poco sólidos, pero que después de comprobar su efectividad en cuanto a aislamiento térmico y acústico, creo que deberíamos cambiar nuestra forma de pensar. Como detalle de bienvenida teníamos una botella de vino blanco del lugar esperándonos en la cocina

En las siguientes fotos os presentamos la casita: aquí.

Desde allí, nuestro cuartel general, visitamos la región. En las cercanías teníamos el pueblo ed Moritzburg, donde visitamos su castillo. Schhhhhhhh, no le digáis a nadie que hicimos una foto en el interior. Estaba prohibido.

Los edificios de Dresden nos recordaron a Praga, que por cierto se hallaba a sólo 150 km. Toda la parte vieja, con sus edificios, hoteles y catedrales fueron destruidos en la segunda guerra mundial, y lo que allí veiamos tenía menos de 50 años. Pero se reconstruyó con las piedras originales y respetando al detalle los originales. Una ciudad muy bonita y además muy grande. Todas las fotos las tenéis aquí.

Aprovechamos para subir a un autobús turístico y descubrimos así el resto de la ciudad. Era el típico autobús de dos pisos, y al ser los primeros pudimos sentarnos en la primera fila. Marco estuvo controlando al conductor a través de la mirilla que tenía este para controlar a los pasajeros del piso superior.

Una de las mañanas fuimos a ver la ciudad de Meissen. A parte de la arquitectura característica de sus calles, es conocida por su fábrica de porcelana. En ella se realiza la porcelana más cara de Alemania, y esto lo pudimos comprobar al visitar sus instalaciones. Lo siento, no soy ningún entendido, pero no comprendo cómo alguien puede pagar 150€ por una taza pintada a mano, muy bonita, eso si, pero es que cuando te quieras montar el conjunto de café completo, necesitas el sueldo de un año. Por suerte Meissen no es sólo su fábrica de porcelana, sino que también tiene multitud de rincones característicos para visitar. Prueba de ello lo tenéis en nuestras fotos.

Todas estas ciudades están bañadas por el Elba. Río que ha creado innumerables paisajes naturales de enorme belleza. Una de ellas es la montaña de Königstein (Piedra del rey). Allí arriba se erige una fortaleza militar, desde la que se obtienen preciosas fotos del Elba.

Otra maravilla de la naturaleza es el Bastei. Es una formación de piedras calcáreas modeladas por el viento. A desaconsejar plenamente si se padece de vértigo. De hecho, yo que nunca he pensado en ello, ahora que veo a los peques corriendo y mirando por encima de las barandillas, creo que estoy empezando a padecerlo. Qué sensación mas extraña. Este es enlace a las fotos.

Y ya tocaba volver para Düsseldorf. En resumen decir que tuvimos buen tiempo, no llovió, y que los peques aguantaron estoicamente las largas caminatas y largos días fuera de casa.

En el camino de vuelta paramos a visitar la ciudad de Erfurt. Aquí tenéis otro pequeño montoncito de fotos. Destacar su monumental catedral, que ahora creaba un cómico contraste con las atracciones de la Oktober Fest que se hallaban instaladas delante de ella. Como punto final de nuestra escapada nos dimos un pequeño banquete de comida típica de Sajonia en un restaurante de la plaza del pueblo.