Me ha quedado un título muy típico, pero es la pura realidad.
Esta mañana, giraré con la mano izquierda una llave en el contacto del cuadro de mandos de mi nuevo coche. Con un cuarto de vuelta arrancará un motor Flat 6 de 3.600 cm3 y 250 CV. Llegará a mis oídos un sonido inigualable que embriagará todos mis sentidos. Os juro que entonces rondaré las 180 pulsaciones, por la cantidad de adrenalina que circule por mi sangre.
En ese momento se habrá cumplido mi sueño de infancia.
Los propietarios de esta marca de vehículos dicen que una vez te has sentado en uno de ellos, quedas infectado por el virus de Porsche para toda tu vida. ¿Me habré infectado cuando circulaba en el asiento de detrás del 356 Súper 90 de mi padre cuando tenía apenas dos años de vida?
Os quiero relatar en unas pocas líneas cómo he llegado hasta este momento:
Aprovechando que este país es toda una cultura alrededor del automóvil y que por tanto, la oferta es mucho más amplia, empecé a mirar hace un año cómo estaba el mercado de mi capricho favorito: Un Porsche 911 del modelo 964.
Estaba en el mejor lugar para ello, a diario y paseando por Dusseldorf me regalaban la vista con magníficos ejemplares de la marca. Poco a poco fui adquiriendo “experiencia” para saber distinguir las unidades en buen estado de las de en mal estado. En un año habré probado aproximadamente 6 ejemplares y visto unos 15. Desde vendedores privados hasta reventas especializados en la marca.
No es lo mismo comprar un coche nuevo que uno de segunda mano, sobre todo el modelo que buscaba, que tiene unos 15 años de antigüedad, y que tras esos años pueden haber pasado muchas cosas. Más aún cuando se trata de los precios que se manejan en este tipo de vehículos.
Tras un año, encontré en el fondo del garaje de un conocido, un ejemplar en buen estado y que lleva un año en reposo por problemas de salud del propietario. Tenía todo lo que buscaba: buen estado, sin accidentes, con el cuaderno de mantenimiento completo, el color ideal,...Poco me costó decidirme. Tras una larga conversación para conseguir rebajar el precio inicial, llegamos al apretón de manos de cierre de negocio.
¡¡¡Feliz!!! El coche era mío.
A partir de entonces sólo me quedaba realizar los trámites legales para poder circular con él.
Como se trata de una operación entre privados, aquí no hay IVA o su equivalente en Alemania que se llama Mehrwertsteuer, frecuentemente abreviado con Mwst. En Alemania tampoco existe impuesto de matriculación. Y el único impuesto que se aplica es el de circulación. Este se calcula a partir de la cilindrada del vehículo y del nivel de emisiones que alcanza el motor. Es decir, se paga por contaminar. Cuanto más contamine tu vehículo, más se paga. Y eso depende del tipo y número de catalizadores que tenga el vehículo, lo cual viene impuesto por el fabricante del automóvil.
En “mi nuevo coche” el nivel de emisiones era el Euro 1 y para que os hagáis una idea, el impuesto de circulación para esa norma asciende a 1.000 €/año. Pero tras una llamada a Porsche en Stuttgart, me informaron que con una carta de ellos sellada, podía cambiar la norma de emisión a Euro 2, sin tener que hacer ninguna modificación técnica. Me recomendaron ir al concesionario y con la copia de la ficha técnica del vehículo, me entregarían esa carta. Allí me fui y gratuitamente me hicieron el servicio. Con esa simple carta, he conseguido rebajar el impuesto de circulación a 480 € anuales.
Aquí también puedes matricular un vehículo por una determinada temporada del año, Matrículas por 1 día, 1 semana, 1 mes, ...Y lo que suele hacer mucha gente, y más con este tipo de coches es matricularlo de Abril a Octubre. En este caso sólo pagas 7 meses de seguro y de impuesto de circulación. El resto del año, generalmente lluvioso y demasiado agresivo para estas queridas mecánicas, el coche se queda en el garaje. Esta es la modalidad que he elegido para mi nueva joya.
Una vez que has firmado el contrato de compra-venta, el cual me bajé de una página especializada en el tema, y donde había estado buscando ofertas (
Autoscout), y tras el pago del precio acordado, el vendedor te entrega los papeles del coche y las llaves. A partir de ese momento debes matricular el coche en el plazo de una semana.
Si el coche está matriculado, debes entregar las antiguas placas en Tráfico (aquí llamado Strassenverkehrsamt) al hacer la matriculación. Placas y número que puedes conservar si matrículas el vehículo en la misma ciudad en la que estaba. Sólo puedes matricular un coche a tu nombre en la ciudad en la que estás empadronado. Este no era mi caso pues el coche estaba dado de baja temporal.
Para la matriculación necesitaba los siguientes documentos:
La ficha técnica del vehículo
El justificante del seguro
El justificante de ITV en vigor (TUV).
El justificante de emisión de gases (AU)
Tu documento de identidad
Y en mi caso por cambio de nivel de emisiones, el certificado del fabricante.
Te presentas en el Strassenverkehrsamt, y en información recibes el típico número de carnicería, con el cual te atenderán por riguroso orden de llegada. Una vez aparece tu número asignado a una ventanilla, entregas allí tus documentos y en pocos momentos recibes el justificante para poder realizar las placas. En la planta de arriba está toda una serie de tiendas que las realizan, vuelves a la ventanilla con tus nuevas placas y te entregan tu nueva documentación. Tiempo invertido: 15 minutos.
Comentar que aquí también puedes elegir tu número de matrícula siempre y cuando esté libre y pagues unos módicos 10€ por el servicio. El formato de la matrícula se atiende a la siguiente regla:
Primero la letra o letras (hasta un máximo de tres) de tu ciudad. Si sólo tienen una letra se trata de ciudades grandes y si tienen tres se trata de distritos mas pequeños. Por ejemplo a Dusseldorf le corresponde la D y a Viersen las VIE.
Segundo de una a dos letras a tu elección.
Y tercero de uno a cuatro números a tu elección.
En nuestro caso hemos elegido D – LO (Logroño) 964 (El modelo del coche).
Con esta experiencia he podido comprobar la efectividad del sistema funcionarial alemán. Serán muy estrictos, pero cuando hay unas normas, las cumplen al pie de la letra. Tanto para bien como para mal.
Si dice que a las 7h25 abren la ventanilla de entrega de número, a las 7h25 la abren y así con todo...
Aquí concluye el relato de otra aventura que hemos vivido en Dusseldorf.
Será nuestro regalo de décimo aniversario de boda.
En los próximos días pasaré unas horas limpiándolo a fondo y esperando a que salga el sol para poder estrenarlo por las calles de la ciudad con mi familia.
Ya me estoy viendo paseando a baja velocidad con la capota bajada y disfrutando del sonido del motor. Y ya me estoy imaginando la imposibilidad de que Marco baje del coche, pegado al asiento trasero.
También he de agradecer a mi padre su ayuda. Gracias a él he podido cumplir mi sueño, aunque también fue culpa suya el que padezca esta enfermedad.
Podéis ver fotos
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