29 de abril de 2006

Era sólo cuestión de tiempo

El pasado miércoles, tuve que viajar a Stuttgart y lo hize en tren.

Por la mañana me fui hasta la Hauptbanhof (la estación central) en mi medio de transporte favorito, y aparqué la bici junto a una valla, dónde la enganché con el candado.

11 horas después, a mi vuelta, sólo quedaba en el lugar el candado colgado de la valla, cortado con tenazas.

Estaba en mitad de la plaza que hay frente a la estación. Por allí pasa gente constantemente, y yo creía que ese factor iba a inhibir a los cacos en llevarse la bici. Pero no fue así, se ve que a veces la indiferencia de la multitud provoca que sea más fácil esconderse entre ella para robar.


Como siempre no es el valor de lo robado, sino el incordio de quedarte sin medio de transporte y el tener que volver a comprar otra. Además dos días antes fue la última subasta y no volverá a haber hasta dentro de dos meses, así que el sábado tendré que ir al Flohmarkt (el equivalente al Rastro de Madrid), a comprar otra.

Esta vez me tendré que gastar más en el candado que en la bici...

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