El pasado Miércoles, Marco tuvo una pequeña operación quirúrgica, pero con anestesia total. No era nada importante pero la anestesia total nos preocupaba un poco.
Nos presentamos en el Hospital dónde lo iban a operar, tras una espera de una hora (si, en Alemania también hay que esperar en las consultas) le llamaron a Marco.
Se tuvo que poner la bata, talla adulto, para poder pasar a la sala de operaciones y un gorro para la cabeza. Parecía un angelito así vestido, pero a él le recordó a un fantasma y se puso el gorro y se puso a ulular como tal fantasma.
Una vez en el quirófano, dónde nosotros no podíamos estar, le cambió el humor. De repente se vio frente a 5 extraños, uno de ellos armado con una aguja, para pincharle en una vena e inyectarle la anestesia. Pues bien, allí es cuando empezó a llorar y a debatirse como un loco. Entre los cinco les costó inmovilizarlo y encontrarle una vía.
Esperaron a que se tranquilizara y le inyectaron la anestesia y en siete minutos ya estaba operado.
Luego le costó más de una hora despertar y permaneció medio zombi el resto del día. Lo metimos en la cama y amaneció feliz y contento al día siguiente.
No sabemos si se acordará del mal trago que pasó.
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