Después de nuestras vacaciones de verano he estado poco activo en cuanto a la publicación de entradas en el blog. Tan poco activo que en dos meses no he escrito nada.
Ya podéis perdonar, pero he estado un poco desmotivado y se ve que esto afecta a mi disposción a escribir.
Bueno, pues aquí estoy de vuelta, y voy a intentar resumir lo acontecido en estos dos meses. Claro está con las tan deseadas fotos.
Un fin de semana, de aquellos en que Raquel se pone nerviosa y se le echan las paredes de la casa encima, tuvimos que salir pitando hacia la playa. Y volvimos a acudir a Zandvoort en Holanda.
Al salir de casa había un sol radiante, pero a medida que nos acercábamos a nuestro destino, ya después de pasar Amsterdam, empezaron a aparecer nubes amenazantes y a ponerse oscuro.
Daba igual, la temperatura seguía siendo buena, y extendimos nuestras toallas en la fina arena de Zandvoort. Nos comimos unos palitos de pescado rebozados con patatas, comprados en los chiringuitos sobre ruedas que van recorriendo la inacabable playa y los peques disfrutamos haciendo castillos y agujeros en la arena.
A las cuatro de la tarde, empezó a llover, y tuvimos, nosotros y otros tantos millones más que estaban allí, que abandonar rápidamente y regresar a casa. Tardamos unas 5 horas en volver a casa, cuando con dos y media sobra para hacer el trayecto. El causante de todo esto fue el monumental atasco que se formó al salir todos de golpe del pueblo. Tardamos dos horas y media en hacer 50 km.
Aquí están las fotos: Enlace a las fotos
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